·
Muchas veces, en lo que realmente estás pensando
cuando compras algo, es en el precio.
·
Tú también te has comprado algo precioso sin
pensar en que se ha de lavar a mano, que se ha de planchar con esmero o que
tiene algún cuidado que te ha costado cumplir.
·
Siempre guardas algo de tu adolescencia y/o algo
antiguo que nunca tirarás. Es algo sentimental.
·
De la misma forma, siempre hay algo en tu
armario que no te cabe, de ninguna manera, pero que lo guardas con la esperanza
de poder volver a ponértelo alguna vez.
·
En lo más profundo del closet hay alguna cosa de la que te avergüenzas: ya puede ser
alguna cosa picantona, algún secreto inconfesable o esa prenda de ropa tan de temporada que de tan de temporada que
era, nunca te lo llegaste a poner.
·
Por mucho que tengas, nunca tienes nada que
ponerte.
·
Si tienes mucha ropa de fiesta, casualmente en
esa etapa nunca sales de fiesta.
·
Hay algo de lo que ni te acordabas. Quizá hasta
tiene etiqueta.
·
Siempre reniegas de algo de tendencia, pero te
lo acabas comprando aunque sea la versión más barata. Ni que sea por
curiosidad.
·
Tampoco falta esa prenda que te encantó en la
tienda y que en casa te parece horrorosa.
·
Siempre existe el miedo de que tu prenda
favorita se rompa, destiña, encoja u otra catástrofe sin marcha atrás. A veces
una lavadora puede desquiciarte.
·
Y hablando de lavadoras, basta que te despistes
para echar a ella algo que destiña.
·
Las palabras “fondo de armario” son la luz que
guía tu armario.
·
Pero es muy normal que no sepamos cómo gestionar
un fondo de armario.
·
Por supuesto que hay algo que te queda tan bien,
que sin pensar sabes que es lo mejor que tienes.
·
Tú también te has comprado algo que le quedaba
muy bien a tu actriz y/o cantante favorita y el resultado no ha sido el
esperado.
·
Dominar la ropa de entretiempo es más complicado
que hacer quebrados.
·
El día que aprendes a usar los complementos,
todo cambia.
No puedes tener más razón, me ha encantado este post.
ReplyDeletewww.jewelstyle.blogspot.com