Abre bien los ojos



Este post no va de ropa de otoño. Ni de cómo me han ido las vacaciones. Eso sí, espero que vuestro verano haya sido un verano 10.

A lo que iba. No es este un post que tenga que ver con la ropa pero sí con una moda que me ha dejado ojiplática (ahora entenderéis por qué):

Resulta que entre las japonesas se está extendiendo una moda que consiste en pegarse los párpados para poder crear la ilusión de unos ojos más grandes, redondos y para qué negarlo, occidentales. Hay varias formas de hacerlo, aunque la que más funciona es una especie de pegamento Ymedio, que con un palito de dos puntas, adhiere el párpado móvil a la cuenca del ojo, ganando así amplitud.
Me pareció horroroso.

Si hay algo en la moda (y por moda vamos a incluir todo, ropa, tendencia, etc) que más me fastidia es la unificacion del concepto de lo que es bello o no. Resulta que para ser bella, pero bella de verdad, has de ser un fideo de huesos de pollo, más bien o rubia o muy morena (pero no mulata, negra o tahína) y caucásica. Vamos, más occidental imposible. Por tu aspecto has debido de nacer en Europa o ser Americana de descencientes europeos. Desde nuestro ombligo la única característica que encontramos bello más allá de nuestras fronteras son las inmaculadas pieles asiáticas. Para de contar.

La belleza está tan estandarizada que resulta insultante que no se amplíe el abanico.


Una abuela te diría "es que Dios nos ha hecho así" y no le faltaría razón. A cada mujer, de cada parte del universo, nos ha dotado de unas características en nuestro genes y no por ella significa que los otros genes sean menos válidos. Hay belleza en todas y cada una de las razas, procedencias y países. Por eso, la necesidad de cambiar el aspecto físico para verse más guapas, más occidentales, es de un racismo fulminante. Racismo hacia la propia raza. Racismo hacia ti. No es querer verte más guapa, es querer negar tu naturaleza y eso siempre me va a parecer escandaloso.

El ejemplo más claro son las mujeres que no quieren ser negras y blanquean su piel. O las indias, que también lo hacen, con esos productos de doble filo de empresas occidentales que a nosotras nos venden un champú para cabello rubio y en la India les venden cremas que despigmentan la piel. Sigue siendo espantoso.

De vez en cuando salen en las revistas reportajes que dicen: el concepto de belleza ha cambiado. Incluyen a mujeres de todo tipo, hacen su artículo y punto. No es verdad. El peso de que lo caucásico es lo más bello se extiende y se busca en todo el planeta como algo deseable.

¿Será que el hombre blanco sigue mandando? ¿Seguimos siendo un planeta de racistas como años atrás? ¿Acaso no hemos evolucionado nada?

De momento las japonesas se siguen poniendo los ojos redondos, a lo occidental, en busca de una belleza que es ajena a su naturaleza, en lugar de pensar que son bellas tal como son. Querer mejorar o tener un buen aspecto es muy lícito, pero no creo que querer negar uno de los aspectos más evidentes de tu físico para no parecer lo que eres sea muy sano.

Y así estamos todas en este mundo de la moda: nos venden lo que sea, nos venden no sólo ropa, nos venden una imagen, un estilo de vida. De la misma forma que nos han impuesto un Starbucks en cada esquina (al menos en Barcelona) y nosotros nos creemos que podemos tener un pedacito del American way of life e imitar a partir de un postureo lo que nos vino de fuera, la ultra expuesta imagen de la belleza cuacásica quiere ser reproducido en otras latitudes porque es bueno: parecer europea o americana es parecer menos del tercer mundo. Y eso es, a todas luces, racismo.

2 comments:

  1. Algo había leído,de pasada,en internet sobre unos parches adhesivos que se pegan en los párpados pero no había visto ninguna imagen.Me duelen los ojos con sólo ver la foto. ¡Si parece que vaya a sacárselo!

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  2. Había escrito un comentario larguísimo ¡y se ha borrado! :((

    Resumen: sí, a todas luces estamos hablando de racismo. Es el racismo del siglo XXI. A mí ya (casi) nadie me grita que me vaya a mi país, pero sí que la sociedad, la moda y esos dichosos cánones de belleza pretenden imponer que sea algo que no soy, alisándome el pelo y aclarándome la piel, porque han decidido que así debe ser la mujer bella.

    Es el mismo tema que cuando publiqué aquí el post sobre el blanqueamiento de la modelo africana Vera Sidika: es racismo. Y añado: la gente cree que ya no hay racismo porque ya no se oyen (tantas) noticias de grupos de neonazis pegando palizas por ahí. La sociedad avanza y el racismo avanza con ella. Se refina, se camufla. Y así tenemos esta sociedad con unos cánonoes de belleza que pretenden que las personas no-blancas queramos serlo porque eso es lo bello.

    Afortunadamente, yo por ahí no paso.

    Enhorabuena por el post.

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