Anonadada me ando con el temita “publicidad del Carrefour”.
Esa niña sentada como si tal cosa, como si esperase que el príncipe azul
viniera a decirle “oye niña, estás to’wna, ven pa’cá que te voy a dar lo tuyo”
y además se fijara en sus tetas. En esas tetas de espuma que son la antesala a
la obsesión por lucir un tetámen de escándalo. Que de ahí a la cirugía estética
hay un paso. Pero voy a regresar que me voy por las ramas.
A ver: tenemos una niña de unos 9-10 años, sentada con una
pose nada casual, sosteniendo lo que parece un cóctel, y con un bikini comercializado
por Carrefour para niñas de 9 a
12 años que simula el relleno del pecho. O sea: como la sociedad no tiene
bastante con la obsesión por el cuerpo que nos inculca día sí, día también, hay
que empezar a rebajar la edad en la que intentan meterse en los esponjosos
cerebros de las mujeres que aún no han llegado a serlo.
Con 9 años, que tienes (si es que tienes) ese pezón
incipiente que parece que estás engordando, con esos cambios en tu cuerpo que
no eres consciente de lo que te espera, Carrefour se adelanta a todo: a los
pelos en las partes pudendas, a la menstruación, a la ilusión por el primer
amor, o sea, a la adolescencia, para que las niñas de 9 añitos ya puedan soñar
con ser unas Lolitas cualquiera, luciendo un cuerpo que ni tienen ni están
psicológicamente preparadas para tener.
Desde luego el que ideó este bikini no se pudo quedar más
descansado. Menuda tarde de inspiración que tuvieron quienes fueran que
pensaran que unas niñas en la pubertad pueden querer beber cócteles, ponerse
tetas y jugar a ser una mujer. Quemar etapas. No sólo sucede aquí, sucede en
otras prendas de ropa, sucede en lo que las niñas ven por la tele.
Obsesionadas
tengo a las de 7 años con Violetta, ese personaje de culebrón para niños que la Disney ha creado para
comerle la cabeza un poco más a las más pequeñas. Lo que sea por matar la
infancia. Por, como decía Torrente, que si han menstruado ya pueden pasar la
ITV. Quizá sea bestia pero fue lo primero
que pensé cuando vi este anuncio.
Lo que me pregunto es qué madre y qué padre pueden prestar a
su hija a semejante campaña publicitaria. En qué estás pensando cuando ves que
a tu hija, con toda su inocencia, se transforma ante tus ojos en una
adolescente forzada. La verdad es que respecto a la cada vez más temprana
inmersión en la moda de las niñas, parece que nadie se da por vencido. Siempre
hay quien saca, cada cierto tiempo, una campaña de este tipo, quizá
parafraseando a Óscar Wilde en aquello de que lo importante es que hablen de
uno.
¿Y el detalle de las uñas pintadas? Desde luego es un tema complejo y las marcas no ayudan... En Zara es imposible encontrar tallas para niñas 'grandes'... solo en H&M hay más variedad y hasta la 16... En fin... interesante como siempre....
ReplyDeleteComo si no crecieran ya muy rápido ¡vamos a apurarlas un poquito más!
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