El pelo afro de la hija de Beyoncé

Pues menudo revuelo se ha armado alrededor del pelo afro de la hija de Beyoncé y Jay Z, Blue Ivy Carter.

Y es que resulta que a una mujer se le ocurrió abrir una petición en Change.org pidiendo a los padres de la criatura que la peinasen:

Como mujer que entiende la importancia del cuidado del cabello, es molesto ver a una niña sufriendo por la falta de hidratación de su pelo. Los padres de Blue Ivy, Sean Carter, A.K.A. Jay-Z y Beyoncé, han fallado en numerosos intentos de cuidar el pelo de Blue Ivy. Este problema se ha intensificado hasta el punto de que a la niña se le han hecho rastas enmarañadas y bolas de pelo. Por favor, difundamos para cuidar adecuadamente del pelo de Blue Ivy.

Sea como fuere, la petición decía que necesitaba recoger más de cinco mil (5.000) firmas, aunque no sé muy bien para qué. El caso es que, poco después de haberse iniciado, más de tres mil personas ya la había firmado, mostrando con su firma que estaban de acuerdo con lo que exponía la creadora de la petición, Jasmine Toliver.

Aquí hay un problema, que me recuerda a un capítulo de Anatomía de Grey, en el que la Dra. Bailey le dice al doctor macizo que tiene que peinar a su hija. Si lo has visto, sabrás de qué te hablo.

El caso es que yo he visto fotos del pelo de Blue Ivy y sí: está enrastado en la parte de la nuca y en los laterales, la verdad.

Pero de ahí a que se hayan dicho las barbaridades que se han dicho con respecto a los famosos padres de la criatura y su forma de criarla, me parece que hay un mundo.

Aquí hay varias cosas que me llaman la atención, y la primera es que se malinterprete que, porque la niña no va peinada, sus padres la están desatendiendo. Está claro que en estas cosas nos fijamos más las personas que nos preocupamos por el pelo afro -gran parte, mujeres y algunas madres-; al resto del mundo posiblemente no le importe el pelo de esta niña.

Siempre se opta por juzgar para mal. Que si son los padres quienes están descuidando a la niña. Que si es una vergüenza que, con lo que Beyoncé cuida de su pelo lleve a su hija así. Que si ya que ellos no tienen tiempo, por qué no contratan a una peluquera... 

Tal vez solo se trate de que la niña no quiere que la peinen. Puede que le duela horrores, y los padres hayan decidido no traumatizarla. 

O puede que quieran que la niña lleve rastas. No sería la primera -ni la última- niña con rastas. 

Pero no. Todo eso no cabe. Solo cabe tildar de malos padres por llevar a la niña así.

Otro tema preocupante es la contradicción en la que entra la creadora de la petición. Que era una broma. Que quería demostrar que, realmente, la gente atiende a peticiones que no tienen ninguna trascendencia en vez de preocuparse por cosas que importan realmente. 

Y, si realmente era una broma, por qué usar Change.org. Que es una plataforma de peticiones, más o menos importantes relacionadas con la política o la discriminación. Una plataforma que se presupone bastante seria.

Lo que me choca es que, si realmente era una broma, la señora Toliver se alegró muchísimo cuando vio que la petición ya la habían firmado más de tres mil personas, y llegó a publicar en sus redes sociales que Blue Ivy se lo agradecería cuando fuese mayor.

Reconozco que soy la primera que se fija en el pelo de las niñas pequeñas cuando las veo, llámalo deformación profesional; y a veces me salta la alarma cuando veo a una niña con el pelo descuidado. Pero inmediatamente salta en mí la alarma, y la voz de la conciencia me dice que no juzgue.

Se han dicho cosas muy feas y muy fuertes de Beyoncé solo porque en una foto su hija sale despeinada. Porque tendemos al prejuicio.

Hay chicas a las que sigo en instagram que decían que todo este revuelo se ha formado porque los padres de la niña son negros. Famosos, pero negros. Y que, si se tratase de una familia blanca con una niña blanca despeinada, nadie estaría armando este alboroto. No voy a entrar en eso, porque me da mucha dentera que siempre haya alguien que todo lo atribuye al racismo y se escudan en eso para seguir anclados en el victimismo. Y, oye: NO.

¿Qué piensas tú del tema? ¿Habías oído sobre la noticia?

A mí la petición me parece de lo más absurdo. ¿Y a ti?