Quiero ser como Kate



Kate Middleton acaba de ser mamá por segunda vez y la princesita, nada más salir de la clínica, vistió ropita española. No sé si se agotara de la boutique donde fue confeccionada pero desde luego, no apostaría nada a que no. Todo lo que toca esta mujer se convierte en oro y si se trata de ropa, ni hablemos. Muchos de sus vestidos han desaparecido de las perchas de sus comerciantes nada más salir ella con un modelo. Sucedió con el vestido color violeta que llevó en su primera sesión de fotos oficial de su primogénito. Su estilo es copiado y miles de mujeres quieren ser como ella, ya sea al menos, estilísticamente hablando. Ella, que luce ropa low cost, está siendo una bocanada de aire en la economía inglesa. ¿Quién no va a querer que esta mujer lleve algo suyo? O alguno de sus hijos. El mono azul a rayas que llevó el príncipe Jorge cuando dio sus primeros pasos ante las cámaras de medio mundo, también se agotó. 
 

En España la reina Letizia no ha abierto este camino con tanta pasión, ya que su ropa no es precisamente barata. Sucedió con el famoso traje blanco de Armani, distribuido por Zara en su versión casera. Aunque sí pasó con los dos vestidos de las princesas en la coronación real. Dos vestidos que al módico precio de 145 euros, desapareció.


Personalmente, nunca he comprado nada porque una famosa lo lleve, pero me parece totalmente legítimo. ¡Por qué no! Tampoco importa. Resulta estimulante para la economía y es que los ingleses ya se frotaban las manos pensando en que el bebé real fuera una niña. La gente copia a las famosas y Kate ha logrado algo que beneficia a muchos: las fans compran y ella marca tendencia. 
 

Aunque vuelvo a la idea lanzada antes: copiar un estilismo porque lo lleve una famosa, comprar algo porque lo ha llevado esa persona ¿tendencia u oveja que sigue la manada? Como soy de aquellas que no le gusta seguir las modas a lo loco y menos llevar algo porque alguien lo ha llevado, no soy de esa opinión, pero sin duda, cada icono de moda que surja, que pueda impulsar la economía nacional, aunque sea por llevar una copia, quizá sea algo bueno.


Kate ha logrado lo que la monarquía no ha logrado en años y más, la inglesa, siempre tan alejada de la calle. Además he de decir y admirar, la barriga de post embarazo que lució en las dos ocasiones, tan natural, tan alejada de esas imágenes perfectas de parturientas que han pasado antes por la planta de cirugía plástica. Kate no es el modelo de mujer que yo admiro, ni mucho menos, pero a veces es sano el ejercicio de reconocer que algunas mujeres pueden, con su naturaleza, cambiar la imagen que tenemos de algo. 

Vía Laura Sánchez 

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