Para una disléxica fashionista como yo, entender este complejo mundo de tendencias, telas y colores siempre ha sido un poco complicado. Pero por fin creo haber podido sintetizar el decálogo (más uno) de la moda:
- ¿Fondo de armario? ¿Para qué? Es como una frase del Hola: fondo de armario. Todas sabemos lo que es y a veces hemos intentado hacernos con uno, ¿pero de verdad lo necesitas? Con una camisa blanca elegante, unos tejanos clásicos en color oscuro y una americana negra vas que chutas. El fondo de armario sólo sirve para almacenar ropa que A) no te vas a poner nunca B) te cansarás de ver C) cuando te la vayas a poner, ya no estará de moda.
- ¿Taconazos? ¡Sí, quiero! El secreto es llevar las bailarinas en el bolso. Yo lo hago, vaya donde vaya. Es el invento del siglo y se lo debemos a las neoyorquinas de los 80 en aquella huelga de transporte público que les obligaba a caminar largas calles con tacones de oficina. Hasta que fueron con sus snikers hasta la puerta. Y de ahí, a nuestros días. No lo dudes y mételas siempre en el bolso.
- Cómprate unas botas de agua y un chubasquero. Gracias a Dios las firmas se han dado cuenta de que no sólo los críos tienen necesidad de ellos y han creado fabulosos diseños para nosotras. Las ventajas son múltiples: no preocuparse por mojarnos enteras, es la principal.
- El negro adelgaza pero como no lo uses bien, parecerá que vas de funeral. Es un color de doble uso. El negro necesita o un corte moderno o unos complementos de color. Si te pasas de tuerca puede parecer que aún estás de luto y la verdad, prefiero parecer gorda que parecer una plañidera.
- Nunca tendrás suficientes foulares, pañuelos y bufandas. Y es así. Pegan con todo, y sus estampados y colores pueden desde mejorar la expresión de tu cara a mejorar esa camisa un poco gastadilla. Van con todo... excepto con el calor del verano.
- Si quieres algo, cómpratelo cuando lo veas. Estás de paseo y zas, te enamoras. Nos ha pasado a todas. ¿Qué haces? ¿Te lo compras? Si de verdad consideras que es algo que te encanta, que no es un capricho y que al probártelo te queda ideal, si puedes, cómpratelo. Sabes que si vuelves al día siguiente ya no estará ahí. Si tu caso es como el mío, que tienes talla grande, esto se convierte en palabra del Señor. Te juro que mañana, no estará. Palabra.
- Los vestidos son lo más práctico. No has de combinar, no has de pensar en qué te pega con esto. Te pones las medias, el vestido y cualquier chaquetilla. Rápido, fácil y favorecedor. Si las faldas no son lo tuyo lo más práctico son las faldas por la rodilla con un poquito de vuelo, el típico vestido que se lleva ahora, con gomita en la cintura y que cae hasta las rodillas. Ideal.
- Los tejanos no son siempre la mejor opción. Nos ametrallan con el tema del tejano pero las que calzamos más allá de la 44 sabemos que la mayoría de modelos no nos quedan bien y que además, acabamos rompiéndolos por la entrepierna. No me avergüenza, es un hecho. Si es tu caso, si notas que el tejano no es lo tuyo, pasa de él. No pasa nada. Hay un mundo de opciones.
- Si algo te gusta, pontelo. Siempre habrá quien te diga que eso no te queda bien, que no es tu estilo, que no es para ti. Pero querida, la última palabra es tuya. Si tú te ves bien, seguro que te verás bien. Si tú estás convencida de que eso es para ti, póntelo. ¿Qué más da? Mi referente en moda es la Kardashian: tengo lo que tengo y voy a embutirme con ello. Los complejos sólo quitan energía.
- ¿En busca de tu estilo? Seguro que ya lo tienes. El estilo aparece cuando no podemos hacer las cosas de otra manera. Mira tu armario y date cuenta de que sigues un patrón aunque no lo parezca. A mí me ha sucedido: siempre pensé que no tenía estilo hasta que me di cuenta de que mi estilo es el cómodo, urbanita, estándar. A partir de ahí sólo hay que buscar qué te puede gustar y cómo mejorarlo, pero tenerlo, lo tienes.
- No tengo nada que ponerme. Nos pasa a todas. No te avergüences ni te sientas una idiota. Para evitar este sentimiento de frustación vuelve al punto 10 y trabaja en mejorar tu estilo. Desde que tiré toda la ropa que no me gustaba para comprarme sólo vestidos, no me ha vuelto a pasar esto.
Reconozco que es un decálogo bastante práctico y acertado. Lo de las bailarinas es un gran descubrimiento... en las bodas siempre caen jeje Y lo de los vestidos es ideal pero me suelo acabar cansando de ellos... Desde hace un tiempo intento lucir lo que me gusta pero no siempre es fácil... siempre hay quién opina que no te sienta muy bien. ¡Buen post!
ReplyDeleteSophie Carmo
Un post genial, como siempre.
ReplyDeleteQue me han encantado todos los puntos!! Aunque yo sí que soy de vaqueros aunque tenga talla grande, y normalmente los vestidos no me son tan prácticos
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