¿P.R.S.?: Recuerdos de la vieja blogosfera

Este post va dedicado a todos los que un día decidieron poner en marcha una bitácora y, en especial, a los que lo hicieron entre 2008 y 2010. ¡Espero que os guste!

Hubo un tiempo...

• En el que los premios blogueros eran algo constante y requerían no solo el agradecimiento sino, además, la contestación a una serie de preguntas (véase: ¿Crees en los fantasmas, ¿En qué animal te reencarnarías? o ¿Qué es lo que más aprecias de una persona?) y la entrega del galardón a otros blogueros.

• La publicidad brillaba por su ausencia y cuándo se hablaba de una marca (tanto para bien como para mal), el bloguero no recibía nada a cambio. Lo hacía de corazón y sin vistas a conseguir nada.

• El blog era un nuevo hobbie y pocos se dedican en exclusiva a él. Nadie podía alardear de que fuese su profesión ni se preocupaba por ello.

• Las cámaras compactas fotografiaban de maravilla (o eso creíamos...) los looks que de vez en cuando publicábamos en el blog. 

• La constancia no era un rasgo importante. Lo principal era actualizar siempre y cuando hubiera algo interesante que contar (tal que un nuevo premio, nuevas compras...). En general, pocos conocían nada sobre SEO, social media... y tampoco era algo importante.

• Los blogueros desconocían como podían acudir a ciertos eventos y no tenían miedo en preguntar a los pocos afortunados que asistían a ellos, vía email o comentario, cómo hacerlo.

• Los widgets con música no parecían estorbar y muchos alababan el gusto musical de sus blogueros preferidos.

• Los diseños de las bitácoras no estaban especialmente cuidados. Blogger era una plataforma aún desconocida y, por aquel entonces, nadie ocultaba sus galardones y los exhibía religiosamente en columnas laterales. Del mismo modo dejaba al descubierto sus pasiones mediante pequeñas imágenes (también ubicadas en las columnas laterales). Entre sus objetos de deseos: Coco Chanel, Audrey Hepburn, cupcakes, macarons...

Los famosos premios blogueros. 

Imagen y collage, Sophie Carmo.

• Todos los blogueros se trataban como amigos y deseaban que llegara el momento de verse en persona.

• Existía una cierta comunión entre todos los blogueros, que no dudaban en prestarse ayuda de cualquier tipo.

• Las firmas y agencias no contaban con los blogueros y veían su existencia como una mera moda pasajera.

• Las visitas no importaban tanto como los comentarios que se pudiesen recibir.

• Los sorteos que se llevaban a cabo corrían a cargo del propio bloguero y su cuenta corriente.

• Los seguidores se hacían visibles gracias a Google Friende Connect, siendo Twitter y Facebook canales totalmente desconocidos.

¿Recuerdas los viejos tiempos de este mundillo? ¿Qué añadirías a la lista?